¿Por qué quiero matar a CUPIDO?

De sobra saben que mi deseo más profundo, perverso, macabro y hasta algo psicópata es el de matar a Cupido. Estando en mi casa hoy domingo (día que dedico al Blog) completamente sólo sin perro alguno que me ladre, acompañado de los estruendosos parlantes de mi computadora, los cuales se convierten en una especie de “bocinas” de mega eventos artífices de todas mis inspiraciones… lástima que en mis vecinos no produzca lo mismo…sólo espero que les haya sido de gran utilidad los tapones para oídos que les regalé la semana pasada, cuando vinieron a quejarse por enésima vez de los mini conciertos que armo todas las noches y algunas madrugadas. Y no estoy bromeando, encontré una bolsa de tapones que tenía guardada en mi baúl de los recuerdos, los cuales solía usar en mis época de nadador, sin poder aguantar la risa se los di al hijo de mi vecino que al recibirlo sólo atino a cagarse de risa conmigo y pedirme casi de rodillas que le baje un “poquito” al buffer, además de comentar que gracias a mí descubrió el gusto por la buena música con grupos como: Soda Stereo, Mar de Copas, Guns n’ Roses, U2, Pearl Jam, Pink Floyd, Alanis Morissette, la Bossa, el Chill Out, Sui Generis hasta Rulli Rendo, pero que detesta con toda su alma a Joaquín Sabina.

Aquel domingo empecé a cuestionarme ciertas cosillas, como por ejemplo: ¿Y por qué mierda quiero matar a Cupido? ¿Quién soy yo para querer matar un querubín celestial? ¿Por qué despotrico contra el amor? ¿Será acaso que uno solamente es capaz de odiar lo que ha querido? Estoy convencido que si, ya que si uno odia ese sentimiento llamado “amor” o todo lo relacionado con él, entonces quiere decir que alguna vez lo hemos adorado con toda el alma, por lo tanto, en definitiva siempre añoramos las “buenas épocas” vividas.

Y hablando de añoranzas, hace unos días ordenando unos papeles, encontré un sobre conteniendo fotos, tarjetas y otras cosas más, provenientes de la única mujer que en verdad me amó con toda su alma (eso creo y prefiero creerlo!), lamentablemente por una forzada “incompatibilidad de caracteres” tuvimos que terminar nuestro romance, en realidad el que terminó la relación fui yo, a pesar de ello, lloré desesperado como si ella hubiese sido la mala de la película. En mi desconsolada situación bebí cuanto pude encontrar a mi paso (para variar) y terminé llorando en las faldas de mi mejor amiga en un estado de casi descomposición etílica.

Acordándome de mi más preciada “ex”, encontré también uno de los mejores detalles que alguien me haya podido dar en mi vida, fue un 14 de febrero, “ella” me regaló un sobre tamaño GIGANTE. Este sobre fue hecho a mano con tal perfección que cuidó hasta el más mínimo detalle, mi nombre rotulaba aquél sobre conteniendo una tarjeta (del mismo tamaño del sobre) también minuciosamente hecha a mano, en una de las caras de la tarjeta tiene escrito a puño y letra “TE AMO” por lo menos unas mil veces, para ser honesto nunca las conté y me da pereza hacerlo. Pero cuando recibí aquel regalo me sentí el hombre más feliz de la tierra, hoy años más tarde recordé que en algún momento de mi vida alguien fue capaz de llenarme por completo.

Conversando con mi amiga FA (lectora asidua del blog, y una de esas mujeres preciosas difíciles de encontrar, que por cierto a veces me frustra el hecho que ella sólo me vea como su “amigo”) quien sufre el mismo mal que yo, le conté mi experiencia y no es que siga enamorado, sino que extraño los buenos momentos que pasamos juntos y los detalles que tuvo hacia mí. Es muy natural en los seres humanos recordar las cosas buenas y olvidar las malas, la gente que recuerda las cosas malas y no llega a superar ese trance, simplemente viven del odio y rencor, envolviendo su vida en una alfombra llena de mediocridad y frustración. Es por eso que siempre decimos: “Todo tiempo pasado fue mejor” y “Recordar es volver a vivir”, frases muchas veces utilizadas por mí cuando me encuentro con alguna “ex” y tengo toda la intención de propiciar un “remember”. (Recomiendo usar esas mágicas palabras, pues casi siempre son infalibles).

¿Se han dado cuenta lo importante e influyente que es el amor en nuestras vidas, en nuestros actos, en TODO?

De pequeños estando en el colegio, si uno practicaba algún deporte y por esas casualidades de la vida, la hermosa niña con la cual soñabas a diario y a la que veías de reojo en clase, se acercaba al campo deportivo y quedaba viéndote desde la tribuna, sentías que todo tu ser se congelaba, cometías un sinnúmero de torpezas o en otros casos, hacías lo imposible por hacerte notar haciendo un esfuerzo sobrehumano para que te aplauda o se quede prendada como si tú fueras el “Baby Beckham” del equipo…y claro, si al terminar te decía una simple palabra como: “buena!” bastaba para que te conviertas en el rey del universo, llegabas a tu casa y no conciliabas el sueño por semanas, te quedabas idiotizado mirando el techo de tu habitación, recordando su rostro, sus gestos, su voz y como diría una de mis ex enamoradas… “que cara, que gesto, QUE CARAJO ES ESTO!” (Simple: estas enamorado, sonso!).

A mis 16 años estaba perdidamente enamorado de CC, una linda chica un año menor. Recuerdo que estábamos en Iquique haciendo viaje de excursión (típico del cole), de regreso en el bus yo tenía en mi mano la guitarra de uno de los profesores, según “yo”, tocando algún acorde pero en realidad no era más que hacer rechinar las cuerdas sin melodía alguna, de pronto ella se acerca y me dice: “¿Me cantas unas canción?” Teniendo bien claro el panorama de que este lindo chico no sabía ni un carajo de cuerdas... ¿Por qué son así?.... (¿Qué niña para más cruel, verdad? – Eso prueba que la crueldad en las mujeres les aflora desde “chiquitas”) Yo impotente y con mi cara de todos los colores habidos y por haber atiné a cantar a capela una de Pavarotti que dice así:…..”Los pollitos dicennnnnnn…” para risotadas de todos los que me acompañaban.

Terminando aquel viajecito me prometí a mi mismo no volver a pasar semejante vergüenza nunca más en mi vida, por ello, cada vez que regresaba a casa después del colegio, me sentaba con un cancionero (de esos que comprabas en los kioscos por Un sol) y practicaba incansablemente, pasaron muchos meses hasta que pude darle tonada a mi primera canción: “Knockin' On Heaven’s Door“ de los legendarios Guns n’ Roses.

Nunca dejé la guitarra desde ése entonces, y por esas cosas de la vida jamás pude cantarle una sola canción a esa linda chica que cautivó mis últimos años de colegio. Sin embargo, catorce años después nos encontramos en una reunión, nos pusimos a conversar en “notas agudas” por así decirlo, ya que ella y yo estábamos un tanto cautivados por el licor, al mirarla esa noche sólo podía pensar en lo que sentí por ella y lo que me inspiró a hacer. Con los años de experiencia y toda mi inocencia perdida me dije: “esta vez no se escapa” fue así que de la nada le robe un beso, que se prolongó por varios minutos hasta que vino su “primito” y la rescató de mis garras…(no me digan que no les ha pasado que cuando estás en lo mejor de lo mejor, SIEMPRE aparece la hermana protectora, el primo salvador o la muy cretina amiga que no tuvo suerte esa noche quien por pura envidia y ganas de joder te malogra el plan)... A ella (CC) sólo le puedo agradecer la inspiración y la pasión que me dio para hacer algo que hasta ahora disfruto mucho y mis alcohólicos amigos también.

A su vez, el desamor también influye de una manera catastrófica en nuestras vidas, nos bloquea, nos entristece, hace que perdamos todas las ganas de vivir, de reír y hasta incluso de soñar. Nuestro mejor aliado es el tiempo “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”. Por mi parte a pesar de las cosas malas, en cuanto amor se refiere, estoy tratando de aprender de memoria el viejo y conocido refrán: “Si la vida te da la espalda, pellízcale el poto” y digo tratando porque como todos, aún tengo mis “bajones” de cuando en vez y de vez en cuando.

Ahora me tele transporto a mi época de universitario, un poco más de 10 años han pasado y recuerdo que tenía ya arraigada mi afición por la escritura. Escribía lo que sea y en donde buenamente podía. Tenía un folder que contenía todos mis escritos, desde frases, poemas, canciones, todo en diferentes tipos de hoja, desde servilletas hasta envolturas de chocolate, en esos tiempos la musa de mi completa inspiración era la hermana del mejor amigo de mi hermano con quién tuve una relación que duró no más de una semana (sin comentarios).

Un buen día, mi adorada “colección” simplemente “desapareció”, hasta ahora es una intriga que jamás podré resolver. Aquel nefasto día después de la frustración y angustia que sentí acompañada de una vergüenza única al sospechar de que alguien pudiera leer mis escritos, juré nunca más escribir ni media palabra acerca de mí, de mis pensamientos, mis vivencias y sobretodo de plasmar mis compulsivas frases en momentos de catarsis emocional.

Jamás imaginé que una década después, alguien fuera capaz de influir para que retomara la “pluma”, para colmo tener el atrevimiento y osadía de publicar mis escritos cada viernes. De no haber sido por la Señorita V, este blog jamás hubiera salido al mundo, eso se los puedo asegurar (les guste o no), gracias a ella disfruto de escribirlo y ustedes disfrutan más en leerlo.

Una vida entera no me alcanzaría para nombrar la cantidad de “cojudeces” que hacemos por amor y en definitiva por desamor también.

Por amor haces cosas sin temor ni vergüenza a nada ni a nadie, sólo te importa aquella persona especial que ha robado tu corazón, y hace que tu norte sea hacerla sonreír día a día.

El caso más “patético” que conozco es el de mi HERMANO, quien estaba perdidamente enamorado de la Señora V (no tiene ABSOLUTAMENTE nada que ver con la Señorita V, desatinos del destino), y refiero a “Señora” porque para mí su estado civil es aún incierto. Cegado por su amor, no atinó a otra cosa más que hacer la gran “gafada” de impulsar una ley que encontró olvidada en el Congreso de la República (su no muy popular centro de trabajo). El quiso que ese proyecto sea UNA LEY (así como lo leen, ya que él asesora a uno de los escasísimos congresistas decentes que tenemos) para ayudar directamente a ELLA (y de hecho a mucha gente más) en un largo y engorroso proceso legal.

Que coraje!! Modificar el sistema civil de un PAIS únicamente por amor, buscando y rebuscando las legislaciones de otros países para tener el mejor argumento para que 120 “padres de la patria” la aprueben, crear una LEY para 26 millones de Peruanos, de los cuales algo más de la mitad son mujeres, pensando solamente en UNA? Yo pensé que era la oveja negra de la familia, pero ¿Qué te pasó hermanito?

Lo peor de todo es que ESA ÚNICA MUJER (la Señora V), le partió el corazón y con los restos “trapeó” toda la carretera panamericana. El hizo por su relación un millón de vergonzosas cosas más, que por decoro familiar y cuidando su reputación no las escribo.

Aprende de mí, saca un blog con las propuestas de ley que harías por amor, estoy seguro que encontrarás varios seguidores para tu prominente carrera política. Todas las noches sueño que llegarás a ser presidente y que “Matemos A Cupido” reemplazará al Diario Oficial “El Peruano”. Además sueño con pedirte el Ministerio de Economía, desde donde fomentaré el “Impuesto al Desamor” el cual obligará a cada Peruano a pagar UN SOL por cada desamor que tenga, será un éxito! pagaríamos la deuda externa en un “click”.

Mientras que por desamor, hacemos y tomamos decisiones nefastas, decimos cosas sin pensar, estrellamos contra la gente que nos quiere, perdemos el tiempo insulsamente tratando de sacar conclusiones falaces, a veces hacemos el papel de tontos, muchas veces dañamos nuestra alma y por supuesto somos los máximos exponentes del masoquismo (cómo le gusta a la gente el sufrimiento y si es ajeno mejor, pues el morbo es único, sino den una mirada a los titulares de los noticieros nacionales).

Dicen que el amor es una droga, de hecho que sí, porque una vez que lo pruebas es imposible dejarlo y cuando no lo tienes solamente vives pensando en ello, una droga donde definitivamente el único y pésimo traficante es aquel enano regordete de cachetes redondos que no le atina a una con su proyecto barato de flechita india.

Amar es facilísimo además de ser muy placentero (y no me refiero al acto de “hacer el amor” que aparte de ser placentero es espectacular, fabuloso, glorioso, majestuoso, fastuoso, divertido, muchas veces épico y algunas veces perverso). Olvidar a alguien en cambio, es un larguísimo proceso donde si no eres consciente de las prioridades en tu vida (primero yo, segundo yo y tercero yo) la agonía será casi eterna.

¿Por qué quiero matar a Cupido?

Porque cuando tienes amor en tu vida, todo es felicidad, todo es armonía, no importa que algunas cosas estén jodidas, el amor es la fuerza interna que te ayuda a seguir adelante sin importar nada y si todo va bien, pues el amor es la cereza encima de la enorme torta que te has dedicado a construir. ¿Acaso no es posible tener todo el paquete completo sin la necesidad del factor “Cupido” en nuestras vidas? Imposible, “mal con ellas, peor sin ellas”!!

Porque cuando tienes desamor en tu vida todo se nubla, no piensas con claridad, vives lleno de preguntas sin respuestas, tu capacidad se reduce a cero, tus ánimos parranderos quedan enterrados totalmente, te conviertes un ente sin sentido.

Me cuesta mucho hacerme la idea de vivir sin sentimientos. ¿Existe forma alguna de evitar convertirse en un “adicto” más al amor? Si alguien tiene la respuesta, ruego, imploro y suplico me la haga llegar.

"¿Por qué quiero matar a CUPIDO?" Soundtrack:

- Guns N' Roses "Knockin' on Heaven's Door" Escúchala/Bájala AQUI
- Hombres G "Dos Imanes" Escúchala/Bájala AQUI
- Natalia Chapman "You've got to hide your Love Away" Escúchala/Bájala AQUI
- Joaquín Sabina "Pastillas para no soñar" Escúchala/Bájala AQUI
- Bossa N' U2 "Pride (in the name of love)" Escúchala/Bájala AQUI
- Joaquín Sabina "Y sin embargo" Escúchala/Bájala AQUI