EL DESTINO....

Destino: Siempre hemos escuchado que uno tiene que dejar las cosas al destino, a la “suerte”, no me considero un creyente de tal ideología, creo más bien que cada quien forja su propio destino, y la suerte no es otra cosa más que la intersección del momento preciso con la oportunidad adecuada.

El destino es entonces una supuesta fuerza sobrenatural que guía la vida de los hombres de forma necesaria y muchas veces fatal, pero no miento al decir que a la mayoría de gente siempre nos han dicho la tediosa frase: “Las cosas pasan por algo”, realmente me niego a aceptarlo, creo que nada existe por azar y nada absolutamente se crea de la nada, todo tiene una causa, un efecto y uno tiene que asumir las consecuencias de las cosas que hacemos, es algo con lo que tenemos que vivir. Toda acción tiene una reacción.

Muchas veces nosotros mismos somos los encargados de joder el camino a nuestro llamado destino, lo peor de todo es que vivimos con la típica pregunta:”¿Qué hubiera pasado si hubiera hecho esto…?”, yo por ejemplo estos complicados días me formulo una y otra y otra vez la horrible pregunta:”¿Qué hubiera pasado si NO hubiera hecho esto…?”. La vida continua, si dos caminos se separan entonces ¿es factible que se vuelvan a unir por obra y gracia del llamado "Destino"? Es algo que no encuentro respuesta concreta, pero creo que no, a menos que quieras que se unan, no existe otra forma.

Pero uno nunca sabe, como dicen, a veces cuando menos piensas, menos crees, todo dolor desaparece y pasan esas extrañas cosas que sólo suceden poquísimas veces en la vida.

Para saber qué es lo correcto, muchas veces debemos hacer lo incorrecto, equivocarnos una y mil veces, y aprender de nuestros errores, siempre he dicho que la razón debe estar encima del corazón siempre, pero, la felicidad real está si seguimos lo que dice nuestro corazón, suena ilógico, incoherente, hasta quizás un toque estúpido, pero creo que si nos equivocamos todas las veces que podamos, solo así conseguiremos encontrar la forma correcta de actuar, de hacer las cosas. Duele mucho admitir ( nuestros) los errores de uno, muchas veces nos pasamos pensando en (esos) nuestros errores, en las cosas malas que hicimos, pero no nos damos cuenta de que nos sirven como una gran experiencia, como una lección continua para aprender a ser mejores.

Si hemos de cerrar nuestro corazón ya sea por las heridas de guerra que se tiene a cuestas, o porque simplemente nos importa un bledo, jamás hay que lapidarlo, creo que si uno cierra el corazón ha de ser para mantenimiento, afinamiento, ajuste de válvulas y bujías, porque al estar re-potenciado, les puedo asegurar que las cosas serán espectaculares.

Después de este pequeño mensaje a la conciencia, debido a mi no muy buen estado anímico, ya que extraño muchísimo a una persona espectacular, muy especial, mejor amiga y la más bella de todas. Entonces vuelo al pasado a recordar algunas de las cosas que he vivido y que definitivamente con el pasar de los años uno se da cuenta que toda experiencia vivida nos hace mejores personas, sea esta mala o buena, siempre ha de servirnos para saber cómo actuar ante ciertas situaciones, en otras palabras no hace madurar, bien reza el viejo dicho: “Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.

Era el año 2002, en febrero había terminado una relación de algunos años, relación muy complicada, profunda, y muy desgastante, también algo deprimente pero al fin y al cabo relación. Recuerdo que estaba yo en uno de los peores momentos de mi vida, estando solo en mi casa con una profunda depresión al borde del colapso, de pronto me llama JLV a preguntar cómo estaba que si estaba camino a Mejía para juerguearnos, le dije que no y le explique el problema que tenía, era un sábado de Luau, a las dos horas de un sábado de fastuosa juerga playera que nadie en ese entonces podía perderse, tenía a mi mejor amigo en la puerta de mi casa dispuesto a sacarme de la depre, que gesto realmente, cosas así se valoran por siempre a pesar de todo.

La cosa es que ese año la pasé superando mi complicada relación, ya cuando estaba recuperado casi por completo, cerca de fin de año, decido ir a Mejía a pasar como siempre un año nuevo sin igual (bueno hasta ahora el Año Nuevo 2008/2009 en Mejía ha sido de los mejores sin duda alguna, muy cerca está el 2007/2008 en Punta Sal).

En eso el mismo 31 de diciembre de aquel lejano 2002, cerca de las 10 de la noche estando en la puerta del Club con mi entrada comprada en mano, recibí una llamada inquietante, era mi EX, aquella que tardé mucho tiempo en olvidar y superar, y entre otras cosas me insinuó vernos, hacernos un “remember”, cosa que en ese momento me incentivo muchísimo a verla, sin pensar en todo lo sufrido y lo pasado, muy típico en la mentalidad peruana ya que tendemos a olvidar todo, y además la asquerosa mentalidad machista que te dice a veces que es mejor una noche de placer carnal a estar con tus verdaderos amigos.

Decido entonces irme a Mollendo una playa cercana a Mejía, dicho sea de paso, lugar que nunca me gustó para nada (espero no herir susceptibilidades), cerca de las 11 de la noche llegué a Mollendo y fui en busca de mi EX, en el lugar pactado a la hora indicada (en ese entonces tener celular no era algo tan imprescindible como lo es en estos tiempos) pero vaya sorpresa, mi EX jamás llegó, llamé a su casa un millón de veces, nadie contestó, regresé al lugar de encuentro otras tantas pero jamás apareció.

Entonces ya era cerca de las doce, y para mí el año nuevo es una fecha muy especial, quizás más que mi cumpleaños, trate insulsamente de regresar a Mejía, dada la hora y la fecha, NADIE quiso llevarme por más que ofrecí a cuanto taxista que veía el oro y el moro, pero nada, mi suerte era la peor que jamás imaginé.

A las doce de la noche, cogí un teléfono público y lo rellené de monedas y me la pase dejando mensajes de voz a mi hermano que estaba en Lima en alguna playa del sur pasándola mil veces mejor que yo, en realidad cualquier mortal la estaba pasando mejor que yo.

Muchas veces nos sentimos miserables por las cosas que pasamos o que vivimos, y para mucha gente son cosas que no deberían afectarnos, que hay realidades mucho más terribles, pero yo creo que Dios nos pone dificultades y pruebas en nuestras vidas, de acuerdo a nuestra personalidad y corazón.

El asunto es que después de mi patético acto de estar pegado a un teléfono público por un montón de minutos, empecé a caminar solo diciéndome una y mil veces a mí mismo, ¿Qué MIERDA hago acá? Muchas veces el recordar esas malas experiencias sin rencor o tristeza alguna nos hacen dar cuenta lo tontos que somos al preocuparnos y angustiarnos por las vicisitudes que tenemos día a día, todo ABSOLUTAMENTE TODO tiene solución, menos la muerte, además no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.

Entonces como para hacer ameno aquella nefasta noche dije, ok, la vida no vale absolutamente nada, necesito un buen alcohol, pero no al extremo de estar en un bar deprimido y gritar: “MOZO, TRAÍGAME UNA BOTELLA DE PISCO Y UNA PISTOLA” Sino algo para amenizar la nefasta noche.

Entré la que parecía ser la discoteca más decente, y me dirigí de frente a la barra, nuevamente estaba en un ambiente extraño, total y completamente solo, como pan que no se vende, pero siempre con la copa en alto, después de muchos whiskies (para tranquilidad mía) me encontré con unos amigos de mi colegio, lo cuales extrañados completamente de verme solo, pero sirvieron de muy grata compañía para olvidar la horrible plantada de mi ex.

Como siempre ha de pasar cuando estás en un lugar extraño, donde no conoces a nadie, donde te sientes incómodo, donde definitivamente es el último lugar que quisieras estar, que preferirías mil veces estar en tu cama con una pizza y varias películas a estar en una discoteca abarrotada de extraños, (bueno dadas las circunstancias) y de hecho donde te sientes el ser más sólo del universo.

De pronto cuando pasa una de esas cosas que sólo suelen suceder una vez en la vida (de eso estoy convencido), sin pensar si quiera en gilear a nadie, afanar o estar en plan de cacería, dado el estrepitoso estado de ánimo, apareció MA, no sabía si era la borrachera, la depre, la cantidad de gente o yo que sé, pero no podía dejar de verla, dejé de pensar en la EX, pensar en la gente que no conocía, en las añoranzas, eso que pierdes toda noción de espacio tiempo.

Tal escandalosa habrá sido mi forma de mirarla que a los pocos minutos, y para sorpresa mía, MA me abordó sin reparo alguno y me pregunto de no muy buen humor y bastante incómoda: ¿Disculpa, NOS CONOCEMOS? Definitivamente que NO, pero en ese momento lo entendí como si me dijera directamente “Tarado, que miras tanto, hemos dormido juntos, te debo algo, me debes algo, o yo que sé”.
Inmediatamente respondí: “No, definitivamente no te he visto ni en pelea de perros, pero si bailas conmigo prometo no volver a mirarte así, además que harás de mi un ser muy feliz”, ella aún extrañada con mi respuesta no le quedo mayor opción que acceder a bailar conmigo, y no dejamos de hacerlo hasta las 7 de la mañana, hora en que ella tenía que regresar a Arequipa, recuerdo que me fui a Mejía, llegué a mí casa, a mis alojados les dejé las llaves y les dije, muchachos, cuídense, no hagan desmanes en casa ajena, la cierran bien que yo tengo que irme a Arequipa para salir con un ángel.

A las dos semanas la linda MA ya era mi novia, y de estar sumido en cojudísimos pensamientos de la EX, todo se borró como por arte de magia, y pase quizás una de las mejores épocas de mi vida, lamentablemente, por cosas que aún no entiendo de la vida, es que MA ahora también forma parte de la lista de mujeres en mi vida, pero en un lugar muy especial porque quizás fue ella la mujer que más dio por mí.

Y es que si este blog habla de Cupido, escribo de mis ganas de matarlo, del porqué no entiendo tantas cosas de la vida, y son tan pocas las veces que Cupido se presenta así por así, cuando menos piensas, muchas veces los Cupidos son nuestros propios amigos, quienes pensando en nuestro bien sin querer nos clavan en vez de una subliminal flecha con punta de corazón, un misil nuclear que nos destroza por completo.

Pero no me quejo, prefiero mil veces estar como estoy, enamorado hasta los tuétanos, sentir las tristezas y angustias normales de todo amor (o desamor), a no sentir absolutamente nada, me queda la tranquilidad de haber dado todo, haber hecho lo posible e imposible por hacer un “destino”, al final el camino no está definido, de nada sirve culpar a alguien que no te ama, al contrario si la amas con toda tu alma, no cabe sentimiento de odio o rencor, por algo uno se enamora, porque ve en esa espectacular persona, cualidades, virtudes, belleza interior y exterior. Enamorarse es inevitablemente parte de la vida y digan lo que digan ¿No es acaso de la PM?

Lo cierto es que no sabemos en qué momento todo lo que teníamos estructurado como “vida” cambia radicalmente, y cierto es también que mientras más esperemos que sucedan los cambios, estos jamás llegarán, o mientras esperemos a nuestro llamado “DESTINO” jamás llegará. Debemos buscar nuestro destino y forjarlo día a día, creo sin temor a equivocarme que es la única receta de la felicidad y el éxito.


EL DESTINO Soundtrack:

- MAR DE COPAS “Vacío” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ
- GAIA “Los viajes y Destinos” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ
- COLDPLAY “Viva La Vida” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ
- LOS BACANOS “Te Doy Mi Amor” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ
- CRISTIAN CASTRO “Es Mejor Así” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ
- DIEGO TORRES “Alguien la vio partir” ESCÚCHALA/BÁJALA AQUÍ