DILEMAS (Opción vs Prioridad)

Otro domingo más y sólo quiero que acabe, así como quiero que acabe la terrible resaca que me tiene emanando alcohol “mezcladito” con sudor hace muchas horas, ¡salud y dos más!. Por ósmosis inversa estoy destilando los innumerables vinos, whiskys, rones y piscos que anoche bebí como si fuera el último día de mi vida al mejor estilo de vikingo y pirata corsario.

A cierta edad nos damos cuenta que tus padres cada que los ves tratan indirectamente el delicadísimo tema del Matrimonio, que dilema!, ¿estaré destinado a casarme? ¿Realmente quiero perder mi libertad y dejar mi vida de soltero, la cual disfruto plenamente de lunes a sábado, mientras que los domingos la detesto a más no poder? Por ahora, mi respuesta es corta y muy clara: NO HAY FORMA! (a pesar de seguir ligeramente “sampao”, la cordura sigue presente).

De tentar al Matrimonio tendría que pensar quien seria aquella a la que convierta en “prioridad” en mi vida, aquella que jamás la veré tan sólo como una simple “opción”.

Es muy duro ser la opción de alguien mientras que tú la consideras una prioridad y viceversa, es ahí donde nace la lucha de sentimientos que desencadena un desequilibrio que solamente el amor es capaz de nivelar, toda relación, en diferentes momentos uno ama más que el otro, es un ciclo, sin embargo cuando no existe amor alguno, suele verse dos lados muy marcados: PRIORIDAD vs OPCIÓN, en definitiva otro gran dilema.

El sábado a las 7:15 pm, salí de mi casa rumbo a una iglesia a presenciar la “claudicación” de un amigo mío, el parte decía que la ceremonia religiosa empezaba a las 6:30 pm, por ende tenía que llegar lo suficientemente tarde para no soplarme el “acto” dónde se festeja el éxito de la carrera publicitaria de Cupido. Al bajar del taxi, empecé a caminar apurado ya que a lo lejos vi que había mucha gente en la puerta, además de reflectores e incontables flashes, al llegar me hice espacio entre la gente, y estaba presto a aplaudir a la pareja de esposos pensando ingenuamente que la ceremonia había empezado a la hora. Para mi sorpresa, el alboroto que vi era porque la novia recién llegaba a la iglesia, de pronto la gente no me rodeaba y los reflectores apuntaban directamente a mí, y toda la gente me miraba con una extrañeza y algunos con risotadas, resultó que este presuroso, incauto y despistado ser (YO) estaba al lado de la novia! Al darme cuenta atiné únicamente a sacar mi teléfono celular agachar la cabeza y huir lo más lejos posible. Qué vergüenza!

Para colmo de todos los males, la iglesia estaba abarrotada de gente, no había sitio alguno y tuve que pararme el costado de una de las columnas con otros amigos para sufrimiento de mis hasta ahora adoloridos pies.

Al estar en la iglesia me preguntaba ¿por qué la gente aún se casa? ¿Por amor? ¿Por convicción? ¿O porque no leíste en la cajita de condones las minúsculas letras indicando que la efectividad de los mismos es del 97% y por esas cosas del destino eres parte de ese terrible 3%? ¿Por interés? Lo único que apoyo es la celebración post boda dónde los que más gozamos somos los invitados.

MATRIMONIO

La ceremonia y celebración, salvo los engorrosos trámites y los altísimos gastos es lo más simple del matrimonio, mantenerlo sin embargo, es uno de los retos más grandes que asumirás en tu vida.

No tengo la suerte de haber encontrado aquella persona que me encandile a tan magno reto, ¿la encontraré? Realmente no lo sé y si espero que Cupido haga su trabajo, creo que la espera será eterna, sobre todo a sabiendas de mi ideología “ANTICUPIDISTA”.

Admito que muchas noches imagino tener una persona a mi lado, tener muchos hijos por quienes dar mi vida entera, pero las esperanzas nunca se pierden y hasta hoy sueño con encontrar aquella mujer que sea la redentora de Cupido en mi vida.Viendo a la pareja de novios, ambos muy enamorados uno del otro me puse a pensar los factores que hacen que uno dé el gran salto al “Matricidio”:

Amor: Definitivamente hay que estar TOTALMENTE enamorado para comprometer el resto de tu vida con una persona, o ser COMPLETAMENTE interesado en factores socio económicos (hay casos y muchos).

Para compartir el resto de tu vida, tus pertenencias, amarguras, alegrías, logros, fracasos y cimentar los pilares de aquella temida palabra (matrimonio) hay que tener agallas y cojones tamaño XXXL. Sin mencionar el intercambio de “olores”, soportar enojos y malas caras por pequeñeces y costumbres que inconscientemente quedan de tu vida de soltero (La de “Macho que se respeta”, porque en definitiva, un “Macho” pierde todo respeto cuando pasa al bando de los casados, aunque preferiría llamar el bando de los “cazados”).

Dicen que el hombre se casa con quien escoja, a la edad que él crea por conveniente y en el momento que se canse de ser soltero. Claro está, después de analizar que la indicada pueda llegar a ser una buena madre para sus hijos y mejor compañera de por vida. Yo no comparto esa idea y no sé cuanto más pueda aguantar mi iluso convencimiento que para YO casarme, he de estar PERDIDAMENTE enamorado y convencido que mi futura esposa será aquella por la que daré mi vida y haré lo posible e imposible por hacerla feliz y jamás fallarle en absolutamente nada hasta que la muerte nos separe, pues creo que si te casas lo haces de por vida y punto no hay mas vuelta que dar (¿Qué iluso verdad?). Seguiré soltero hasta que la vida me enseñe lo contrario.

La mujer en cambio, como dice mi madre: de los 20 a los 25 años de edad, se casa con quién quiera, de los 25 a los 30 con quien pueda, y de los 30 para adelante: “SÁLVESE QUIEN PUEDA”.

Madurez: Hay que tener una madurez impresionante para poder asumir el reto, estar seguro que no vas a extrañar tus parrandas de soltero, sobretodo tener la entereza de afrontar toda situación y comprender que si te peleas con tu pareja ya no puedes decir cuatro carajos e irte a tu casa de mal humor. Cosa que muchas mujeres lo hacen al aparecerse en casa de sus padres. Ser maduro al punto de poder afrontar todo, no amilanarse y ser el apoyo constante de tu esposa(o).

Convicción: Hay que tener tenacidad de acero y sobretodo muchísima convicción para convencerse a sí mismo de que ya no vales por uno, sino por dos, tres o más, dependiendo de la cantidad de “cachorros” que quieras traer al mundo, que te debes por completo de cuerpo y alma a ellos, los llamados integrantes de la tribu que lideras, tu bien llamada “familia”.

Tengo la dicha de tener una familia muy unida, a pesar de muchas cosas y altibajos normales, en definitiva admiro a mis padres por estar 34 años juntos en buenas, malas y peores, y por enseñarnos que la familia es lo más importante y siempre hay que luchar por mantenerla unida, ser un bloque tan sólido que ni la peor de las adversidades pueda derrumbarla, y agradezco a mi hermano el haberme enseñado desde muy pequeño los grandes sacrificios en los que estamos obligados a hacer por nuestra familia, por nuestros padres, a quienes les debemos todo, principalmente nuestras vidas. En definitiva las únicas personas que puedes tener la plena seguridad que jamás te fallarán son ellos. ¡Gracias!

Paciencia: Hay que tener paciencia de santo si estás dispuesto a encontrar un enjambre de “pociones” extrañas en tu baño, tener que esperar incontables minutos mientras la “doña” se cambia y arregla para una reunión o para lo que sea, la mayoría de mujeres sobre todo las Arequipeñas, suelen tener la costumbre de salir siempre hechas unas “Virgencitas de Chapi” así sea para ir a comprar un chicle a la tienda de la esquina.

Paciencia cuando pasados los años, no te contengas de despachar en tres segundos a aquella “viejuja” que ronca como mandril y pretende darte un beso de “buenos días” con aliento de dragón, con la cara embarrada de crema anti-arrugas, empaste limpia manchas, crema exfoliadora y mascarilla de barro.

Paciencia en ellas, para cuando pasados los años tengan que soportar a ese viejo barrigudo con prostatitis aguda, pedorrea constante y borracheras inter-semanales viendo deportes con sus amigotes los cuales detestas a más no poder, muy aparte de ser capaces de contener sus más bajos instintos cuando a ti (como mujer) sólo te provoca estar en paz y mucha tranquilidad, por eso se inventó el dolor de cabeza, las migrañas y las jaquecas (¿me equivoco?).

Resignación: Tienes que asumir resignadamente que tu libertad caducó por completo, además que no sólo te casaste con tu novia(o) sino también con toda su familia, sus padres, sus tías, sus hermanos sus primos, hasta con sus concuñados, que de no tener mucha suerte te harán la vida imposible.

En definitiva el matrimonio envuelve muchas cosas, cosas de ambos, no sólo del hombre ni de la mujer, creo que el verdadero amor es el conjunto de los factores descritos líneas arriba y de infinitas cosas más.

Se tiene que tener muy en cuenta que uno ya dejó de ser una “opción” para el otro y se convierte en su “prioridad” hasta que la muerte los separe, la paciencia se les acabe, la convicción se vaya al tacho, la madurez se convierta en poses infantiles, el amor en definitiva descanse en paz muy lejos de aquella vez cuando lo juraron uno al otro frente a Dios y por supuesto cuando la resignación se convierta en candente revolución que termina con la separación de bienes y repartición de insultos frente al abogado experto en divorcios.

PRIORIDAD VS OPCIÓN

Prioridad y opción, algo de lo que hemos sido víctimas y victimarios alguna vez en nuestras vidas, creo que nadie puede afirmar que no ha hecho daño a alguien, así sea sin intención alguna, todos absolutamente lo hemos hecho sin que nos convierta en malas personas ni nada por el estilo.

Yo he sido prioridad muy pocas veces mientras que me he sentido una triste y asquerosa opción otras tantas, pero así es el sabor de la vida llena de picantes condimentos, es el toque del sabor que necesitamos para seguir adelante y poder disfrutar los momentos de felicidad venideros.

Cuando eres prioridad de alguien, te preocupas por ella por encima de todas las cosas sin importar lo que te digan, sin importar lo que hagas, todo absolutamente lo haces pensando en el efecto esperado en la otra persona: su sonrisa.

Cuando consideras a alguien como una opción, te preocupas por esa persona únicamente cuando un sábado o viernes en la noche no tienes plan alguno, tus amigos de farra están ocupados y por no quedarte en casa como un hongo, llamas a tu infalible plan B, o muy mal llamada “opción”.

Cuando eres prioridad de alguien, no tienes que esperar una llamada o un mensaje, en cualquier momento y en cualquier lugar esa persona tan especial hará que todos los problemas que puedas tener pasen a un segundo plano haciendo que sonrías de la nada.

Cuando eres solamente una opción, te prestas a la disponibilidad anímica y hormonal de la otra persona, a la cual le importas casi nada y digo casi nada, porque definitivamente para ser opción has pasado por un proceso de selección.

Es inevitable tener opciones en la vida, pues para poder tener prioridades primero tienen que haber opciones, lo importante es que nos demos cuenta (me incluyo) que muchas veces al tener a alguien como una simple “opción” puedes hacerle daño, muchas veces sin querer, existe gente que realmente lo hace premeditadamente, que los llamamos burdamente “pendejos” y “rukas”.

El punto ideal es que: si tienes a alguien como opción la otra persona te considere como tal, cosa que ambos puedan divertirse, pasarla bien de vez en cuando y quizás con el tiempo llegar a convertirse en prioridad mutua. Ya sabemos que el punto ideal de equilibro en la “prioridad” termina en matrimonio o en largo noviazgo.

Lamentablemente, nada es perfecto y siempre va a existir un desbalance si de amor se trata, en ese caso sólo quedan valores que lamentablemente cada vez son menos vistos, como son: la consideración, educación, respeto, lealtad, fidelidad y constancia, piezas fundamentales de toda relación, aparte del amor, química y ardiente pasión infaltables también. Por ende el resultado de Prioridad vs Opción muchas veces termina en un corazón destrozado.

La mejor reflexión al respecto me la dejó una gran mujer, que alguna vez con los ojos llenos de lágrimas de tristeza e ira me dijo:

"Nunca consideres a nadie como prioridad, cuando para ella (o el) no eres más que una simple Opción"

Lección que en definitiva muchas veces no aprendemos, yo sinceramente espero no aplicarla más. ¿Ustedes?